Sí, con toda seguridad es posible, y sucedió con mi hermano Marcos Guedes, que cumplirá años el sábado 18 de este mes.

Hacía aproximadamente 40 días él estaba muerto en medio de las drogas – marihuana, cocaína y crack – esclavo de los vicios y de la homosexualidad desde hacía 30 años. Había sufrido toda la vida, al punto de haber tenido que ir a buscarlo en diversas oportunidades a hoteles y villas de emergencia (donde expendían y consumían drogas)

Durante toda nuestra vida, mi fallecida madre y yo orábamos por su liberación, y nada sucedía; sin embargo, ese nuevo nacimiento solo sucedió tras el Ayuno de Daniel, en la Campaña del Monte Hermón, exactamente el día 14 de marzo.

Cuando el obispo Macedo levantó los brazos allá en lo alto del Monte Hermón, clamé a Dios: “¡Señor, así como Tu siervo levanta los brazos en lo alto del Monte de la Transfiguración, levanta a mi hermano y transfigura su vida por completo; o sino sálvalo, mátalo y llévalo, pero salvo!”

O sea, tomé una decisión. Él respondió.

Obispo, cuando terminé la oración me embaracé del milagro que iba a suceder en su vida. Fue una certeza tan grande de que nuestro poderoso DIOS lo rescataría, que me quedé tranquilo.

Hoy él abandonó todo lo equivocado que acostumbraba hacer – consciente e incluso inconscientemente – y es una brasa viva buscando al Señor Jesús más y más en la Universal de João Dias.

Tengo la absoluta certeza de que las promesas de Dios se cumplen, aunque sea después de la muerte física de Su siervo(a).

“Cree en el Señor Jesús y serás salvo tú y tu casa”. Esa promesa hoy se cumplió en la vida de nuestra madre (ya fallecida).

MADRES, NO DESISTAN NUNCA DE LUCHAR POR LA RESTAURACIÓN DE LA VIDA DE SUS HIJOS. SEA EN EL ÁREA QUE SEA. ¡ESE DIOS ES EL DIOS DE LA TRANSFIGURACIÓN!

¡Gracias Señor Jesucristo!

¡Que Dios nos bendiga!

Jesus Guedes – Barra da Tijuca, Rio de Janeiro