Obispo, ¿cuál es el secreto del éxito? Con gran alegría, expliqué con detalles el secreto del éxito.

“Dad y se os dará…” (Lucas 6.38)

Tan simple, tan banal, tan común… ¡Pero muy difícil de practicar! Especialmente para quien tiene el corazón inclinado para este mundo. Pero la verdad es que esa promesa del Señor Jesús trae resultados. He aprendido esa lección, mientras más hemos dado, más hemos recibido.

De hecho, desde mi nuevo nacimiento, dejé de vivir para mí. A partir de entonces, poco a poco, fui aprendiendo a servir a mi Señor Jesucristo. No soy perfecto e, infelizmente, ni un súper santo. Soy consciente de los fallos, errores y muchos defectos. Pero una cosa aprendí: ¡a dar!

Aprendí con Abel a ser merecedor delante de Dios a través de las ofrendas de fe. (Hebreos 11.4)

Mi esposa, mis hijos, la Iglesia, la Record, mi vida, nada me pertenece. Todo lo que aparentemente tengo, en verdad es prestado. Un bello día todo se quedará por ahí. Los salvos se irán conmigo y lo demás será quemado y no quedará piedra sobre piedra…

Cuando se pierde un ser querido, en verdad se pierde sólo a alguien prestado. Nada más. Sólo quien aprendió la lección de Jesús entiende esto. Lo que vale es el nombre escrito en el Libro de la Vida. Si comenzáramos a vivir pensando así, dejaríamos de martirizarnos y viviríamos más y mejor en este mundo.

Lo demás…