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Vencedor vs. Perdedor

Nadie se convierte en vencedor o en perdedor sin haber competido.

Como conquistador, el vencedor no depende de la suerte. Contrariamente, sabe que la conquista del trofeo depende exclusivamente de su desempeño personal, de su dedicación total y de pesados sacrificios.

Siga la vida de los deportistas vencedores y verá que cada uno de ellos entrena hasta seis horas diarias. Súmesele a eso dietas súper rigurosas, y privarse de las trasnochadas y de los “amigos” que no convienen.

Todo a causa de la gloria de una medalla perecedera.

Si contaran con la suerte, no entrenarían. Se quedarían holgazaneando hasta el día de la decisión.

Pero los sabios, los que tienen la visión de la Grandeza del Señor Dios, aceptan Su sugestión, se sacrifican por la gloria infinita, incorruptible y eterna.

Observe las siete razones para conquistarla:

1 – «Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.» Apocalipsis 2:7;

2 – «El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.» Apocalipsis 2:11;

3 – «Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.» Apocalipsis 2:17;

4 – «Al que venciere y guardare Mis obras hasta el fin, Yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como Yo también la he recibido de Mi Padre; y le daré la estrella de la mañana.» Apocalipsis 2:26-28;

5 – «El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de Mi Padre, y delante de Sus ángeles.» Apocalipsis 3:5;

6 – «Al que venciere, Yo lo haré columna en el templo de Mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de Mi Dios, y el nombre de la ciudad de Mi Dios, la Nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de Mi Dios, y Mi Nombre Nuevo.» Apocalipsis 3:12;

7 – «Al que venciere, le daré que se siente Conmigo en Mi Trono, así como Yo he vencido, y Me he sentado con Mi Padre en Su trono.» Apocalipsis 3:21.

* Imagen meramente ilustrativa