thumb do blog Blog Obispo Macedo
thumb do blog Blog Obispo Macedo

Charla sincera

¡Qué privilegio poder seguir su mensaje, Obispo!

Recuerdo bien cuando fui bautizada con el Espíritu Santo. Estaba faltando solo 1 día para que el Ayuno terminara y todavía no Lo había recibido.

Había dejado la música profana, las telenovelas de la tarde que no me perdía por nada, pero aun así faltaba lo principal, y solo lo descubrí cuando lo oí a usted.

Exactamente al mediodía, dejé el almuerzo a un lado para oír la Palabra Amiga. La tristeza se apoderó de mi ser, porque el tiempo se acababa y yo no había recibido lo que estaba buscando en esos 20 días de Ayuno, y tenía muchas ganas.

La sed era grande, entonces usted dijo: “¡Tome una silla, hable con Dios así como yo estoy hablando con usted! ¡Dígale lo que hay ahí en su interior, no repita oraciones!”

Y yo obedecí. Cuando me vi, de rodillas, mirando dentro de mí, vi lo feo y sucio que era mi corazón, vi por qué no Lo había recibido.

En ese momento, hice una limpieza de mi ser. Nunca Le había hablado así a Dios. Él ya lo sabía y estaba con los brazos abiertos esperándome.

¡Qué alegría, qué paz! ¡Cuánto amor y cuidado! ¡Qué gozo en el alma!

¡Encontré a Jesús! ¡Ah, qué día!

Aún hoy tengo este placer, esta riqueza en mí, pues ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí.

Renata Gonçalves