La Fe Pura
¡Hola, Obispo Macedo!
Mi nombre es Andrea, estoy como obrera en la IURD de Villa Valqueire hace 18 años, y me gustaría compartir con usted una experiencia que me ha dejado muy feliz…
El Templo de Salomón ha transformado a mi familia.
Desde el principio del mes, estamos haciendo golosinas y vendiéndolas en la puerta de la Iglesia para colaborar con el Templo. Desde entonces, mi padre, que no soportaba la Iglesia, vistió la camiseta. Llega temprano, lleva sus galletas saladas como donación y se queda allí vendiendo con nosotras.
Obispo, usted no tiene noción de lo que eso significa para un hombre como él, que siempre detestó la Iglesia y que decía que los pastores eran ladrones. Él es oficial de la Aeronáutica y siempre fue orgulloso.
Estamos en esta fe hace dos domingos, y pusimos en nuestro corazón hacer eso durante todo el mes de octubre. Hoy él llegó a casa lleno de proyectos para nuestro kiosco de golosinas para el Templo.
¡Estoy muy feliz y necesitaba comunicarle eso!
Porque creo que es el principio de la transformación de este hombre y que su alma ya está en las manos de Dios.
Sinceramente, ¡estoy pasmada con su actitud!
Obispo, gracias por la dirección que usted siempre nos da.
Dios lo bendiga abundantemente.
Obrera Andrea
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