¿A qué temer?
No hay a qué temer cuando se vive por la fe en las promesas de Dios.
Sin embargo, solo los nacidos del Espíritu logran vivir por la fe.
Y cuando ellos enfrentan problemas que son aparentemente insolubles, el Eterno y Amoroso Padre inmediatamente entra en acción y garantiza:
“Pero tú, Israel, siervo Mío eres; tú, Jacob, a quien Yo escogí, descendencia de Abraham Mi amigo. Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché. No temas, porque Yo estoy contigo; no desmayes, porque Yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de Mi justicia.
He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo.
Buscarás a los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra.
Porque Yo, el SEÑOR, soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, Yo te ayudo.” Isaías 41:8-13
Portugués
Inglés
Francés
Italiano
Haití
Ruso
